La historia del municipio tiene su punto de partida a finales del siglo XVI, cuando se empiezan a repartir las tierras de las medianías a favor de propietarios foráneos que no residían en el municipio, pero que poseían grandes extensiones de caña de azúcar en las zonas costeras.
Estos cultivos de regadío requerían una gran cantidad de agua, así como de madera para su posterior refinado en los ingenios azucareros. De este modo, estos propietarios se apropiaron de las tierras de medianías, ricas en bosques, así como en aguas. Crearon, así, toda una infraestructura para canalizarlas, que aún perdura en nuestros días.
Según indica el Libro de Repartimientos, se beneficiaron de este reparto, principalmente, la Mayordomía del Pino de Teror en la época de Carlos III (1767) – como pago a sus rezos-, y algunas familias como los Troya, originarios de Sevilla que llegaron a estas tierras tras la conquista.
Pero los encargados de trabajar estas tierras no eran sus auténticos propietarios, sino los medianeros que se establecieron en la zona y que, a cambio de labrarlas, obtenían la mitad de las cosechas. Estos fueron los primeros habitantes de Valleseco, y los que comenzaron a escribir su reciente historia, primero como pago del municipio de Teror y, posteriormente, como municipio independiente.
Ya, en 1842, comienza su andadura con su ayuntamiento propio (por tanto, es el más joven de los municipios grancanarios). Este hecho se debió, principalmente, a la gran extensión del pueblo y a las dificultades que esto entrañaba para las comunicaciones, lo que hizo aconsejable la separación como parroquia y municipio independiente.
A partir de finales del siglo XIX, el pueblo de Valleseco sufrió tiempos difíciles en los que la subsistencia dependía de la bondad de la tierra. La agricultura y la cría de unos cuantos animales proporcionaban el alimento de la familia. Una vida llena de penurias, en la que la supervivencia requería una gran dosis de esfuerzo e ingenio y que obligó a muchos a irse de su tierra en busca de mejores horizontes, sobre todo, en Cuba y posteriormente en Venezuela.
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